Si quieres conducir un vehículo en Marte, vas a necesitar un gran foso de arena para prepararte.
Ingenieros del departamento de Airbus Defence and Space, una división de Airbus, en Reino Unido han hecho justamente eso: construir lo que llaman un Mars Yard, o “Patio de Marte”, a las afueras de Londres, con un costo de alrededor de 500.000 libras, unos 832.000 dólares.
El lugar contiene 30 toneladas de arena que ha sido modificada para que se ajuste a las características identificadas por los vehículos de la NASA en el Planeta Rojo. Incluso los niveles de luz en las instalaciones han sido ajustados para imitar a los de Marte.
La idea es replicar más del ambiente marciano para que la Agencia Espacial Europea (AEE) pueda probar un futuro ‘rover’ que esperan navegue autónomamente por la superficie del planeta.
La AEE planea dos misiones como parte de su programa ExoMars para arrojar más luz a la investigación sobre si en Marte alguna vez pudo haber vida y como una preparación para una posible importación de muestras en la década del 2020.
Un orbitador sería lanzado en enero de 2016 y un rover lo seguiría en 2018.
Los científicos quieren que el rover pueda calcular su propia ruta segura hacia un objeto y dicen que construir el Mars Yard los ayudará a prepararse.
“Toma 20 minutos para que una señal llegue a marte, algo muy lento para tener un buen control desde la Tierra”, dijo Justin Byrne, jefe de la observación en Tierra de Airbus Defence and Space. “De esta forma el rover puede ‘salir de problemas’ por sí mismo”.
“Vamos a Marte para buscar pruebas de vida, y esto es un paso importante para ese objetivo”, dijo.
Airbus dice que Mars Yard será usado hasta el lanzamiento pero que también estará disponible después de que el rover haya llegado en 2019 para que los posibles problemas puedan ser simulados y resueltos en las instalaciones.
El regreso de la agencia europea a Marte se produce más de una década después de su último intento de llegar a ese planeta.
El orbitador Mars Express de la AEE todavía orbita Marte y ha estado enviando información por 10 años. Recientemente voló cerca de Fobos, una de las lunas marciana, con el objetivo de conocer más sobre su masa y estructura interior.
Pero su sonda espacial, el Beagle 2, que pretendía buscar evidencia de la vida en Marte, se perdió el 25 de diciembre de 2003 después de que intentó hacer contacto con el orbitador.
Explorar Marte es un reto difícil. Muchas misiones han fracasado desde los recientes intentos de aterrizar. Una sonda soviética hizo el primer impacto humano cuando chocó en 1971.
Pero desde entonces, una serie de rovers de la NASA han proporcionado mucha información sobre el hostil ambiente marciano. El Curiosity ha estado analizando muestras tomadas del suelo y ha taladrado rocas desde su llegada en 2012. Y Opportunity ha recorrido cerca de 40 kilómetros y ha enviado datos del Planeta Rojo durante más de una década.
Dos otras naves actualmente se dirigen al planeta: la Mars Orbiter Mission de India y el orbitador MAVEN de la NASA, que deben llegar a Marte en septiembre de este año.
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