El movimiento islamófobo “Pegida” desplegó ayer en la ciudad alemana de Dresde una provocadora marcha de luto por el atentado contra “Charlie Hebdo”, mientras en el resto de Alemania decenas de miles de manifestantes clamaban contra la instrumentalización de las víctimas del yihadismo.
Por duodécima semana, siempre en lunes, las calles de la capital del “Land” alemán de Sajonia fueron ocupadas por los llamados “Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente” (Pegida), entre centenares de carteles xenófobos, salpicados esta vez con alguna que otra alusión a los dibujantes muertos el pasado día 7, en París.
Estimaciones provisionales cifran en 15,000 el número de asistentes, frente a 18,000 del lunes anterior, el más concurrido.
Paralelamente, en otra ciudad sajona, la vecina Leipzig, unos 30,000 ciudadanos clamaban contra Pegida, lo mismo que hacían en Múnich otros 20,000 manifestantes y 10,000 más en Hannover.
Pegida había convocada marchas “disfrazadas” como de luto en varias ciudades, pero solo en Dresde, la ciudad donde tomó forma el movimiento, la respuesta fue de nuevo multitudinaria.
La plaza de la capital sajona se llenó de centenares de banderas alemanas, carteles tachando de “mentirosos” a los medios que, según ellos, los difaman, y de “vendido” al gobierno de la canciller Angela Merkel.
“No somos fanáticos, somos ciudadanos de bien”, clamaban los oradores desde la tribuna, mientras sus seguidores apremiaban a no permitir más extranjeros en el país o a expulsar a los “criminales musulmanes”.
Alemania alemana “Detengamos la sociedad multicultural”, “Alemania debe seguir siendo alemana”, “Combatamos la extranjerización del país, ahora”, se leía en algunos de sus carteles.
“Sí, tomen note y escriban: hablamos como Joseph Goebbels”, soltaba, en tono despectivo, Helmut Kühlbach, sobre los 60 años, en dirección a los periodistas que sacaban fotos a esos letreros y aludiendo al que fue ministro de la Propaganda de Adolf Hitler.
“Necesitabais un atentado para despertar. Ahí lo tenéis”, apuntaba, a su lado, su hija Hertha, de 25 años, mostrando un lápiz como en las manifestaciones tras los ataques terroristas de París.
En el acto se exhibió alguna pancarta con los nombres de los dibujantes del “Charlie Hebdo”, aunque en franca minoría ante el sinfín de carteles contra de la presunta “islamización” de Alemania.
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