El discurso del ex presidente Leonel Fernández, efectuado la noche del lunes 25 de mayo, formalizó la división del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), luego de las pretensiones reeleccionistas del presidente Danilo Medina.
La alocución del ex mandatario fue un recuento de su trayectoria política, y una exposición de las modificaciones constitucionales más recientes en la historia dominicana. Aunque no rechazó una eventual reelección del actual Jefe de Estado, si exigió la realización de un referéndum, para legitimar un cambio a la Carta Magna.
Independientemente de la opinión jurídica en torno a una modificación constitucional, las palabras de Fernández fueron eminentemente políticas, y denotaron su descontento con la situación del PLD, luego de la reunión del 19 de abril donde el Comité Político decidió buscar un segundo período para el presidente Medina.
Algunas frases y afirmaciones, como las citas de José Martí, y muchos gestos, nos mostraron un Leonel Fernández victimizado. Pero en otros momentos, su dialéctica y lenguaje corporal vislumbraron un político enfurecido, molesto por la decisión de modificar la actual Constitución.
¿Qué pasará?
El tiempo está corriendo y para el PLD ya es tarde. Un eventual referéndum atrasaría todo el calendario electoral interno del partido oficialista. Además, aparentemente la Junta Central Electoral (JCE) no tiene recursos para realizar dicho sufragio.
El Gobierno ya ha dado su respuesta. El Senado fue convocado esta tarde para conocer el proyecto de reforma constitucional. Ninguno de los voceros oficiales de Danilo Medina ha respondido las declaraciones de Fernández. Y mucho menos hemos oído al Primer Mandatario referirse directamente sobre toda esta situación, lo cual consideramos como un error político.
Un nuevo panorama político
A raíz de estos hechos, cual escenario post Segunda Guerra Mundial, donde quedó configurado un nuevo orden mundial que luego se denominó la Guerra Fría, la política dominicana presenta una nueva panorámica.
Con un PLD dividido, y un PRD inexistente, podemos decir que el bipartidismo dominicano tradicional está en decadencia, sino llegando a su fin. Y esta premisa toma más fuerza con el surgimiento de un conglomerado de fuerzas opositoras, dirigidas por el Partido Revolucionario Moderno (PRM), que se exhibe como una propuesta alternativa y diferente para el electorado.
Queda esperar los sucesos políticos de los próximos días, para que no solamente quede clara la atmósfera política de nuestra sociedad, sino también la lucha electoral más importante desde el año 1996 que vivirá nuestra nación.
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